Para niños de (3 a 7 años)
En este momento los niños ya
no son bebés y se encargarán de hacérnoslo saber, demostrando y exigiendo su
independencia continuamente. “Yo solito” o “Ya soy mayor” son frases que suelen
repetir en esta época y que nos hacen mucha gracia a los padres y madres, pero
que demuestran que el niño ya no es ciertamente un bebé.
Es un momento fantástico para empezar a trabajar la relajación
guiada por parte de padres o profesores. En este momento ya se puede empezar
a trabajar con los niños en grupo si están en clase.
¿Cuándo aplicarlas?
Se pueden aplicar a cualquier hora del día, pero quizá lo más sencillo si
estás en casa, es hacerlo justo
antes de dormir, cuando el niño ya se ha lavado los dientes y ya se ha puesto el pijama.
Podemos, incluso, aprovechar el cuento
de buenas noches para introducir instrucciones de relajación e imaginación guiada, de
esta manera el niño dormirá más relajado y caerá antes en el sueño.
¿Cómo aplicarlas?
El ambiente debe ser relajante, tranquilo, con una temperatura
adecuada y una luz tenue. Puedes poner algo de música
de relajación, para ayudar a calmar al niño y a ti mismo.
Se trata en esta etapa de jugar
con su imaginación a la vez que trabaja su cuerpo. La cuestión es incluir elementos
imaginativos y sencillos que el niño tenga muy identificados y que pueda imitar
con movimientos con su propio cuerpo. Los movimientos deben ser lentos y
calmados, de lo contrario estaríamos activando al niño. Aquí tienes algunos
ejemplos:
- Globo: podemos explicarle que es un pequeño globo que alguien empieza a inflar poco a poco. A medida que se va inflando
sus brazos y sus piernas tienen que hacerse grandes, grandes mientras respira
lentamente. Y cuando esté inflado del todo se va desinflando poco a poco.
- Hormiga: tiene que hacerse pequeño, muy
pequeño, y mover brazos y piernas como si fuera una pequeña hormiga. En este
movimiento estaremos provocando una tensión muscular que deberemos relajar
pidiéndole que, poco a poco, se vaya convirtiendo en otro animal o dejando de
ser una hormiga, para notar la relajación en los músculos.
- También podemos utilizar un peluche para
ayudarnos: podemos explicarle que es el papá o la mamá del peluche y que lo quiere mucho, mucho, que tiene que abrazarlo muy muy
fuerte. De esta manera creamos una tensión muscular que tendremos que relajar
poco a poco pidiéndole que lo vaya soltando. Además, estaremos creando una
asociación interesante entre el niño y el peluche, que pasará a ser un elemento
relajante más.
¿Qué se consigue?
Las posibilidades son infinitas, y todo dependerá de tu imaginación
y creatividad, así como la del niño.
Para niños mayores (7 a 12
años)
En esta etapa del desarrollo infantil el niño definitivamente ya no
quiere ser un niño, por lo que lo interesante es empezar a trabajar en las técnicas de
relajación que pueda ir practicando de forma autónoma.
En esta etapa ya debemos llamar a la técnica de relajación por su nombre,
el niño debe aprender que eso que está haciendo le sirve para relajarse y puede
usarlo no sólo en el momento en el que se le dirige, sino en
cualquier momento por su cuenta.
¿Cuándo aplicarlas?
Realizarlas antes de dormir. La intención es que el niño aprenda a poder
aplicarlas en cualquier momento del día.
¿Cómo aplicarlas?
Es importante que el niño esté en un entorno
tranquilo.
Para comenzar pídele que cierre los ojos y que se
imagine en un lugar agradable. Déjale unos segundos para que lo
imagine.
Ahora es el momento de empezar a ayudarle a focalizarse
en sus sensaciones con frases como:
- “Fíjate en tu brazo derecho y nota como sientes un calor agradable”. “¿Lo notas un poco más caliente
que el resto del cuerpo?”
- “Siente como tu brazo pesa mucho,
como si fuera de hierro”.
- “Estás relajado y tranquilo”.
Si vemos que el niño está receptivo podemos utilizar la metáfora
del globo.
¿Qué se consigue?
Con estos ejercicios conseguirás que el niño reconozca
las sensaciones de tensión y distensión de su cuerpo. Cuando acabes cada uno de los
ejercicios recuérdale que puede hacerlos en cualquier momento del día que lo
necesite. Invítale a que se observe y reconozca cuándo tiene los músculos en
tensión, y si puede hacer algo para relajarlos con la ayuda de alguno de estos
ejercicios.